1-. Los caminos desconocidos
Sal 69:1 Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello.
Sal 69:2 Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie.
Estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente.
Sal 69:3 Cansado estoy de pedir ayuda; tengo reseca la garganta. Mis ojos languidecen,
esperando la ayuda de mi Dios.
Aunque leemos al salmista , en un escenario rodeado de aguas, este experiencia la vivió en
un desierto.
2-. Dios cambia amargura por dulzura
Éxo 15:22 Las aguas de Mara y de Elim
Moisés les ordenó a los israelitas que partieran del Mar Rojo y se internaran en el desierto
de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Éxo 15:23 Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no
pudieron apagar su sed allí.
Éxo 15:24 Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: «¿Qué
vamos a beber?»
3-. La reacción de Moises
Éxo 15:25 Moisés clamó al SEÑOR, y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés
al agua, y al instante el agua se volvió dulce. En ese lugar el SEÑOR los puso a prueba y les
dio una ley como norma de conducta.
4-. Dios tiene un manantial
Éxo 15:27 Después los israelitas llegaron a Elim, donde había doce manantiales y setenta
palmeras, y acamparon allí, cerca del agua.
5-. El primer amor
(Os 2,2s). Así habla el Señor: «Pienso en la fidelidad de tu juventud, en el amor de tu tiempo
de noviazgo, cuando me seguiste al desierto, a la tierra sin simiente. Israel fue sagrada
propiedad del Señor»
6-.Un regalo fundamental
Núm 21:16 De allí continuaron hasta Beer, el pozo donde el SEÑOR le dijo a Moisés: «Reúne
al pueblo, y les daré agua.»
7-. La queja de Dios
Jeremías 2:13, donde Dios dice: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí,
fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.”
Conclusión : volvamos al desierto
Pastor David Ponce
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